domingo, 5 de julio de 2009

Palacio de Gyeongbokgung (경복궁)



Ayer visité el palacio de Gyeongbokgung (경복궁) aunque más que un palacio es un gran recinto lleno de palacios.

Incluso en el metro (línea 3 - estación Gyeongbokgung, 경복궁) ya tenían reproducciones de señales y farolas de de la época. Todo esculpido en piedra.

No te pierdas un arco de piedra antes de llegar al gran pasillo. Se dice que si pasas por debajo ya no embejecerás nunca.

Las indicaciones del metro para llegar al palacio están muy claras y desde la salida (número 5) ya puedes ver el recinto. Impresionante.

En una gran terreno de alvero los soldados con el vestido de época custodian el palacio. Si llegas alrededor de las 11 de la mañana podrás ver el cambio de guardia. Un desfile militar con música tradicional coreana en vivo y comentarios explicativos. Merece la pena.

Las entradas cuestan 3000 Won para adultos e incluyen visita guiada en inglés por coreanas vestidas con el traje de la época. Se compran en un pequeño edificio a la derecha de la entrada.

Una vez dentro, en el primer patio, parece como si ya no estuvieras en Seúl en el siglo 21. Es como volver atrás en el tiempo. Sólo ves el palacio, las montañas y los árboles alrededor del recinto.

Todo lo que ves ha sido reconstruido dos veces a lo largo de la historia. Aunque en la actualidad Corea no tiene una familia real que habite el palacio, tanto los edificios como el mobiliario son reproducciones fieles de las originales. Todo lo que ves está como era antes. Hasta el más mínimo detalle.

Intenta imaginar que eres el rey o la reina de Corea durante la visita. Camina despacio y no prestes atención a los otros turistas. Así la experiencias se hace mucho más plena y no es sólo ver 330 edificios.

No te pierdas los techos de madera decorados con los cinco colores sagrados. Especialmente en la sala del trono, dónde a través de una ventana en el lateral derecho podrás ver el símbolo de la dinastía del monarca: dos dragones dorados que le ofrecían su protección.

Los jardines y estanques del recinto son simplemente sorprendentes. Además, hacen la temperatura en verano más llevadera. Estos coreanos no eran tontos...

Un momento especialmente emotivo para todos los coreanos es la visita a la casa de la reina asesinada dónde fue tomada como rehén durante un largo periodo de sufrimiento.

La historia es un poco dura, pero si te interesa pregúntale a cualquier coreano qué ocurrió a principios del siglo pasado por aquella zona.

Cuando terminas la visita puede ver el museo de artes y costumbres de Corea. La entrada es gratuita y se encuentra en uno de los palacios de Gyeongbokgung.

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