lunes, 13 de julio de 2009

Insadong (인사동)

Ayer estuve en Insadong (인사동). La atmósfera de ese barrio de Seúl es sorprendente.

Partiendo de Jonggak (종각) en la línea 1, donde está la segunda librería más grande de Seúl, me dirigí hacia el norte por la avenida de las tiendas budistas.

Merece la pena tomar este trayecto. Aunque es un poco más largo puedes ver algunos monjes, arte tradicional y centros espirituales. Algunos organizan retiros de fin de semana también para occidentales.

Al llegar a lo que es Insadong en sí, lo primero que vi fue el café / restaurante Sosim (소심). Un restaurante vegetariano en Corea!!!!

A lo largo de toda la calle encuentras restaurantes que no sólo son elegantes sino que son originales. Las vías de un tren, pajaros de papiroflexia colgando del techo, el museo del té... No me extraña que la Reina Sofía visitara este barrio.

Insadong también es famoso por sus tiendas de antigüedades. Yo no soy ningún experto en estos temas pero vi algunos libros que parecían bastante antiguos. Como también hay muchas tiendas para turistas no sabría decir qué piezas son souvenirs y cuales son obras de arte.

Donde si te das cuenta de que tienes algo bueno delante es en las numerosas galerías que exiben la obra de artistas que aún no son muy conocidos pero que saben transmitir emociones con lo que pintan.

Las tiendas de ropa en Insadong tienen su propio estilo. No siguen la tendencia del resto de la moda coreana. Aquí puedes encontrar prendas con colores suaves, un poco new age, pero que puedes llevar en entornos formales.

La mejor estación para llegar a Insadong es Angug (안국) en la línea 3. La salida 6 es la que te deja más cerca. Aunque si quieres pasar por la avenida de las tiendas budistas bájate en Jonggak de la línea 1, salida 3.

Sin duda, Insadong es el mejor barrio en el que estado hasta el momento. Incluso estoy pensando en vivir allí la próxima vez que venga a Seúl...

jueves, 9 de julio de 2009

Béisbol en Corea

Ayer fui a un partido de béisbol en Seúl. Era la primera vez que veía un deporte de competición en directo. En España nunca he ido a un partido de fútbol pero aquí estoy probando cosas nuevas.

No es el juego lo que me llamó la atención sino el público. No sé si es sólo el caso de los Bears de Doosan. Sospecho que no.

Para empezar, tienen una canción diferente para animar a cada jugador. Todo el mundo se sabe las canciones y las canta con toda su fuerza. El público estaba entregadísimo. Tanto del equipo local como del visitante.

Para coordinar a toda esa gente había dos animadoras haciendo las coreografías que todo el mundo trataba de imitar. No se les daba muy bien pero lo intentaban.

Acompañando a las animadoras había un hombre con gorra y un silbato al que yo hubiera confundido en otro lugar con árbitro. Pero no, se trataba del coordinador de las animadoras y del público en general. Ellas descansaban a veces, pero este hombre estaba todo el tiempo agitando los brazos. Impresionante.

Estos tres personajes están en un escenario en medio del público, así que cuando vayas a comprar las entradas no pidas localidades cerca de la primera base (como hizo mi acompañante) sino más bien hacia la mitad de las gradas y ligeramente por altas.

Además, de esta forma puede que consigas hacerte con una de las bolas que se salen del campo. Si quieres hacerlo llévate un guante de béisbol, si no, algo con lo que protegerte la cabeza. :p

Otra peculiaridad del béisbol en Corea es que para animar a su equipo tienen dos flotadores con forma alargada que al hacerlos chocar entre si hacen ruido. Cuando todo el público los hace sonar a la vez al ritmos de la música, ni Manolo el del bombo está a la altura de esta gente.

En resumen, el béisbol en Corea es un espectáculo que va mucho más allá de lo que ocurra en el terreno de juego. Gane o pierda tu equipo vas a pasártelo en grande.

domingo, 5 de julio de 2009

Palacio de Gyeongbokgung (경복궁)



Ayer visité el palacio de Gyeongbokgung (경복궁) aunque más que un palacio es un gran recinto lleno de palacios.

Incluso en el metro (línea 3 - estación Gyeongbokgung, 경복궁) ya tenían reproducciones de señales y farolas de de la época. Todo esculpido en piedra.

No te pierdas un arco de piedra antes de llegar al gran pasillo. Se dice que si pasas por debajo ya no embejecerás nunca.

Las indicaciones del metro para llegar al palacio están muy claras y desde la salida (número 5) ya puedes ver el recinto. Impresionante.

En una gran terreno de alvero los soldados con el vestido de época custodian el palacio. Si llegas alrededor de las 11 de la mañana podrás ver el cambio de guardia. Un desfile militar con música tradicional coreana en vivo y comentarios explicativos. Merece la pena.

Las entradas cuestan 3000 Won para adultos e incluyen visita guiada en inglés por coreanas vestidas con el traje de la época. Se compran en un pequeño edificio a la derecha de la entrada.

Una vez dentro, en el primer patio, parece como si ya no estuvieras en Seúl en el siglo 21. Es como volver atrás en el tiempo. Sólo ves el palacio, las montañas y los árboles alrededor del recinto.

Todo lo que ves ha sido reconstruido dos veces a lo largo de la historia. Aunque en la actualidad Corea no tiene una familia real que habite el palacio, tanto los edificios como el mobiliario son reproducciones fieles de las originales. Todo lo que ves está como era antes. Hasta el más mínimo detalle.

Intenta imaginar que eres el rey o la reina de Corea durante la visita. Camina despacio y no prestes atención a los otros turistas. Así la experiencias se hace mucho más plena y no es sólo ver 330 edificios.

No te pierdas los techos de madera decorados con los cinco colores sagrados. Especialmente en la sala del trono, dónde a través de una ventana en el lateral derecho podrás ver el símbolo de la dinastía del monarca: dos dragones dorados que le ofrecían su protección.

Los jardines y estanques del recinto son simplemente sorprendentes. Además, hacen la temperatura en verano más llevadera. Estos coreanos no eran tontos...

Un momento especialmente emotivo para todos los coreanos es la visita a la casa de la reina asesinada dónde fue tomada como rehén durante un largo periodo de sufrimiento.

La historia es un poco dura, pero si te interesa pregúntale a cualquier coreano qué ocurrió a principios del siglo pasado por aquella zona.

Cuando terminas la visita puede ver el museo de artes y costumbres de Corea. La entrada es gratuita y se encuentra en uno de los palacios de Gyeongbokgung.